La receta que os traigo hoy es producto de una época sino de escasez si de no muchos excesos. Navidades en las que comíamos cosas que no se veían el resto del año, incluso algunas veces cosas sencillas pero invariables. En mi infancia, en mi casa por ejemplo, en nochebuena siempre cenábamos bacalao cocido con coliflor y el día de navidad pavo asado.
Bueno pues la receta consiste en aprovechar el pan que nos ha sobrado y conseguir un plato humilde pero que casi siempre tiene éxito entre los golosos y los niños.
Partiendo de este pan, lo hacemos pequeños trozos en un cuenco lo suficientemente grande, le añadimos leche y con un tenedor vamos mezclando ambos ingredientes hasta conseguir una pasta. Dejamos reposar en la nevera un mínimo de doce horas.
En el momento de preparar la tortilla le añadimos la harina, las yemas de huevo, el azúcar y la ralladura de limón, trituramos con la batidora hasta conseguir una masa homogénea. Las claras las ponemos a punto de nieve y las añadimos con una espátula y movimientos envolventes de abajo a arriba al resto de la masa.
Tomamos una sartén, anti-adherente mejor, y freímos una corteza de limón. Retiramos el aceite y la corteza, dejando solo una pequeña cantidad de aceite, añadimos la masa y freímos como si fuera una tortilla.
A la hora de servir le añadimos azúcar y canela, somos muy golosos.
Cantidades:
400 gr, de pan del dia anterior
900 ml. de leche
4 huevo
50 gr. de harina
50 gr. de azúcar
ralladura y corteza de limón
aceite
azúcar y canela ( a gusto)
Mezcla de ingredientes
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