martes, 16 de octubre de 2012

Membrillo y Paraguayos


Cuando era pequeño, uno de los postres que más me gustaban para cenar era el membrillo, que me comía cortado en pequeños trozos, casi minúsculos, con un también diminuto tenedor. Los que tengan mi edad, que no vivieran en grandes ciudades, recordaran que el membrillo venía en cajas metálicas de varios kilogramos de peso, se vendía al corte, de marcas reconocidas aún hoy en día como San Lorenzo o el Monaguillo, estas latas eran muy apreciadas, una vez vacías, por los manitas pues se le podía sacar mucho partido.
Una de las buenas nuevas del otoño es la aparición en las fruterías de los membrillos, fruta de gran aroma, pero en crudo es como una piedra, áspera y astringente, parece mentira que de un fruto de buen aspecto pero incomible, salga, después de procesarla, algo tan maravilloso como la confitura de membrillo.
La elaboración casera de membrillo es sencilla, solo requiere algo de paciencia y atención, al menos para que no se te queme.
Partimos de las piezas de membrillo que lavamos, pelamos y le extraemos el corazón con las pepitas, que desechamos.
En una cazuela ponemos los membrillos cortados en trozos, el agua y  el azúcar, con un poco de zumo de limón. La proporción por cada kilogramo de fruta limpia es de 700 gramos de azúcar y 300 mililitros de agua, además del zumo de un limón mediano.
Lo ponemos todo a cocer lentamente, removiendo de vez en cuando; de manera que lo retiraremos del fuego cuando adquiera la consistencia de una mermelada un poco espesa.
Vaciamos el contenido en  un molde o moldes individuales, dejamos enfriar y los metemos en la nevera, donde se conservan por un largo período de tiempo.

Paraguayos

Los paraguayos ya son otra cosa, sencilla y humilde, paro también muy agradecidos. La receta forma parte de esa cocina del aprovechamiento.
La historia de la aparición de la receta en mi familia es un poco rocambolesca pero bienvenida sea.
Hace muchos años la seguridad social no estaba tan desarrollada como ahora y existía la costumbre por parte de los médicos de recetarte tandas de antibióticos en inyectables a la mínima oportunidad. Pero para ponerte las inyecciones solían venir a casa personas capaces pero sin ningún tipo de titulación, economía de subsistencia. Pues bien, yo era el típico niño grande pero con una salud enclenque y no había invierno en que que me librara de mi tanda de inyecciones
Uno de esos días vino a casa una señora que por aquella época ponía la inyecciones y se encontró con que mi madre estaba haciendo unas de sus  maravillosas empanadas, ya estaba finalizando y  le sobraba, como siempre un trozo de masa, que ella aprovechaba para hacer una especie de coletas o trenzas que freía y nos servían de aperitivo. Bueno, como os decía, aparece por la puerta la señora "practicante" y le sugiere que con la masa sobrante haga una especie de empanadillas rellenas de membrillo, que se podían freír o meter la horno como la empanada. He aquí los paraguayos.Ahora cada vez que hago empanada, procuro que me sobre masa par hacerlos.
Se sirven tibios y con azúcar glace por encima.Como veis algo sencillo.

P,S, Lo más curioso de la receta. el nombre, no tengo ni idea del por que, pero si os diré que la madre de la señora era argentina ????.

lunes, 15 de octubre de 2012

Ser como Adriá. Coulant de chocolate


Llevo muchos años cocinando en mi casa y cuento también con una pequeña experiencia profesional, además de una formación académica, que me ha permitido acercarme mucho más, si cabe, al mundo de la gastronomía.
Hace poco escuché a Ferrán Adriá, y no por  primera vez, decir que para ser  un buen cocinero, digno de El Bulli, "la creatividad es no copiar".
Por otro lado algunos de mis amigos cuando vienen a casa siempre me reclaman ¿que has descubierto, que has inventado, la receta es tuya?.
Tengo varios compañeros de la escuela de hostelería que aspiran a ser famosos,  a ser originales, a "ser como Adriá". En cocina no es difícil encontrar o inventar una receta nueva, algo más complicado es que sea un plato extraordinario, no digo ya que sea un plato digno de elogio en revistas y congresos. He inventado algunas recetas, pocas, que han obtenido el beneplácito y la aprobación de mis amigos y familia, pero llevándolo al campo de la música yo no aspiro a ser Mozart, ni Bach, ni Verdi, pero me encantaría interpretar su música como Karajan, Rostropovich o Juan Diego Florez.
Crear es difícil y  a veces es la rutina de una cocina profesional la que permite tal cambio, este añadido o ¿que hago con esto que tengo por aquí?. De ese ensayar y probar, pueden salir platos estupendos, pero no todo lo que se crea lo es y algunas veces hemos visto en restaurantes demasiada obsesión por crear, en lugar de interpretar, conseguir el punto adecuado a recetas de toda la vida.
La primera vez que fui a un gran restaurante no se me olvidará nunca, además tengo la costumbre de guardar esas facturas más o menos importantes y gracias a esto se que fue el 3 de enero de 1985, en concreto la visita fue al restaurante Arzak, en San Sebastian. Fui a cenar con mi novia, eramos dos pipiolos de 24 años y nada más llegar al restaurante la señora que hacía las veces de maitre, yo creo que era la esposa de Juan Mari, hábilmente nos colocó en la peor mesa del comedor, casi debajo de unas escaleras.En el momento de pedir nos hizo cambiar de menú aludiendo que primeros y segundos no combinaban bien, además de vernos o controlarnos durante el resto de la cena para observar nuestro comportamiento. Años más tarde, en un programa de televisión oí a Juan Mari Arzak decir como le encantaba recibir en su casa a jóvenes parejas que habían estado ahorrando dinero para poder ir a comer a su casa y que él procuraba darles un trato especial, valorando mucho el esfuerzo que hacían aquellos jóvenes para poder ir a su local.
Relacionando estas dos ideas, el no copiar pero ser un gran interprete, os traigo la receta de hoy. En el año 1.987 se publicó en la Editorial Espasa-Calpe el libro "La cocina moderna en Euskadi", edición bilingüe de Juan Jose Lapitz, en la página 403 viene la receta de "Pastel de chocolate con crema de menta", receta que presentaba Arzak, entiendo como propia. Pasados los años me enteré que el verdadero creador del Pastel de chocolate era el francés Michel Bras, al que denominó Coulant, e incluso llegó a patentar dicho nombre.
Bueno no me enrollo más y os doy, las cantidades e ingredientes que aparecen en el libro y que a mi siempre me han dado buen resultado, aunque he modificado alguna cosilla.
200 gr. de chocolate
40 gr, de mantequilla (yo siempre pongo 50 gr.)
 4 yemas de huevo
 4 claras de huevo
50 gr. de azúcar
1 kiwi
50 gr. de azúcar
250 ml. de agua (yo solo utilizo 100 ml.)

Deshacemos el chocolate al baño maría junto con la mantequilla.
Una vez derretido el chocolate le añadimos las yemas fuera del fuego, removemos hasta conseguir una crema homogénea.
Ponemos las claras a punto de nieve con una pizca de sal y le añadimos el azúcar hasta conseguir un merengue firme.
Mezclamos el chocolate con las claras con una espatula y movimientos envolventes, con cuidado de que no se bajen las claras.

Tomamos unos moldes de flan individual y los enmnatecamos, rellenamos hasta  las 3/4 partes de su volumen.
Precalentamos el horno a 200º  centigrados y metemos los moldes en el horno unos 15 minutos (depende del horno).
Mientras hacemos un jarabe con el agua y el resto del azúcar.
Pelamos y trituramos el kiwi, lo pasamos por un colador para retirar las semillas.
Una vez tibio el jarabe lo mezclamos con el puré de kiwi, lo utilizaremos como salsa del postre.
Cubrimos un plato de postre con la salsa de kiwi y encima ponemos el coulant.
Espero que os guste, es sencillo de hacer, pero muy exitoso.

Coulant de chocolate con sorbete de mandarina

domingo, 14 de octubre de 2012

Galletas de chocolate y jengibre

Después de muchos días sin publicar nada, aunque no paro de cocinar, el trasladar al blog las recetas exige algo más de dedicación.
 Si algo tenemos en casa es que somos muy golosos, diría yo que casi genético, pues me acuerdo que en la grandes celebraciones de mi familia, independientemente del menú salado que hubiera siempre terminábamos el festín con tres tartas. He conseguido atraer al "lado oscuro de los golosos" a mi mujer, mis dos hijos ya han nacido con la modificación genética oportuna para conseguir llegar al final de cualquier comida en la que, por muy copiosa que sea, siempre hay un hueco para el postre.
Bueno, os voy  a dar la receta de unas galletas de chocolate y jengibre, muy fáciles de hacer y rápidas; una vez hechas, guardándolas en una caja o bote bien cerrado se mantienen crujientes.Os servirán para cualquier merienda.
Los ingredientes, para unas 24 galletas, son los siguientes:
1 Huevo
4 gr. de azúcar avainillado
215 gr. de harina
185 gr. de azúcar moreno
125 gr. de mantequilla fundida
10 gr. de jengibre rallado
10 gr. de leche
  4 gr. de levadura en polvo
50 gr. de pepitas de chocolate. 

Elaboración:
Primero batimos el huevo con el azúcar avainillado, añadimos los demás ingredientes, poniendo por último las pepitas de chocolate. Hacemos una bola con toda la masa y la dejamos reposar quince minutos en la nevera.

La sacamos de la nevera y hacemos unas bolitas de unos 25 gramos, que vamos colocando sobre una bandeja de horno cubierta con un papel de horno, dejamos un espacio entre ellas pues al hornearlas se van a extender y si las dejamos muy juntas se pegaran., yo coloco unas nueve por bandeja.
Precalentamos el horno a 185º y metemos las bandejas y las tenemos unos 15 minutos dentro del horno.
Que disfrutéis, pero con cuidado crean adicción.

Bizcocho de mi madre



Hola, de cuando era un crío tengo un buen recuerdo de aquellas tardes de sábado de televisión única, en las que después del telediario ponían una serie de dibujos animados y una película. Muchos de estos sábados mi madre me preguntaba si hacía un bizcocho para el que reclamaba mi colaboración, Mi trabajo consistía en batir las yemas de huevo con el azúcar mientras veía la televisión, mientras mi madre batía las claras a punto de nieve no sin perderme de vista, para que no metiera el dedo en las yemas con azúcar y me lo chupara, a veces me decía que silbara para que no disminuyera drásticamente el volumen de mi quehacer.
Bueno, las cantidades de este bizcocho no tienen nada que ver con las que encontraréis en un libro de repostería, pero lo importante es el resultado y os aseguro que está buenísimo. El trabajo más arduo es poner las claras a punto de nieve, firmes; y que las yemas y el azúcar formen una verdadera crema bien batida en la que no se noten los granos de azúcar.
Las  cantidades son la siguientes:

    7 huevos
300 gr, de azúcar
150 gr. de harina
    8 gr. de levadura de repostería
       ralladura de medio limón
       pizca de sal

Separamos las claras y las yemas de 6 unidades.
En el recipiente de las yemas añadimos un huevo entero, el azúcar y la ralladura de limón.
Ponemos las claras a punto de nieve con una pizca de sal.
Una vez disuelto el azúcar en las yemas añadimos la harina y la levadura tamizadas, hasta vque se integran perfectamente.
Añadimos a las yemas la clara montada y con una espátula hacemos movimientos envolventes, de abajo hacia arriba para mezclar bien todos los componentes.
Precalentamos el horno a 200º  centígrados  y en un recipiente previamente embadurnado de mantequilla ponemos la masa del bizcocho.
Metemos en el horno durante unos 25-35 minutos, dependerá de vuestro horno. Si veis que se dora mucho por arriba, le ponéis un papel de aluminio tapándolo, eso si, abriendo el horno lo menos posible para que no se pierda el calor.

P.S. Uno de mis mayores placeres cuando era crío consistía en chupar todos los utensilios utilizados, relamiendo toda la masa del bizcocho que quedaba.

jueves, 17 de mayo de 2012

WHOOPIES


Vaya, ayer descubrí los whoopies y hoy me he puesto con ellos. Esta especie de macarons blanditos están pero que muy buenos, quizás ideales para empacharse si uno no tiene cierta disciplina pero en el fondo sabrosos y apetecibles, que de eso se trata.
Rápidos de hacer, pues en media hora está hechos y dejándolos enfriar un ratito se pueden rellenar enseguida.

Ingredientes whoopies:                                               Ingredientes relleno:
40 de mantequilla blanda                                           125 gr. de azúcar glace
40 gr de azúcar                                                          85 gr. de mantequilla
1 huevo                                                                      1 clara de huevo
100 gr de chocolate                                                    8 gr de azúcar avainillado
100 ml. de leche                                                         1 pizca de sal
125 gr, de harina
8 gr, de levadura en polvo
1 pizca de sal.

Derretimos el chocolate con la mantequilla, añadimos el huevo batido, el azúcar y la leche.
En otro recipiente mezclamos la harina, la levadura y la sal.
Unimos las dos mezclas y removemos bien hasta que estén perfectamente integrados.
Llenamos una manga pastelera.
Sobre una fuente de horno, forrada con papel de horno, vamos depositando pequeños círculos como de 3-4 cm. de diámetro de la manga pastelera.
Introducimos en el horno previamente calentado a 180º C y dejamos cocer durante 10-12 minutos.
Los sacamos y dejamos enfriar. Mientras, hacemos la crema del relleno, en  este caso una crema de mantequilla con vainilla.
Batimos la clara a punto de nieve con la sal.
Agregamos, poco a poco, el azúcar glace. Una vez que esté la mezcla homogénea, vamos añadiendo la mantequilla  a cucharadas.
Rellenamos lo whoopies a modo de sándwiches.
Listos para zampar, cuidado, de uno en uno que llenan mucho.




miércoles, 7 de marzo de 2012

Tarta de manzana


Tarta de manzana


     La tarta de manzana creo que es una de las preparaciones que se encuentra en todas las pastelerías, ya sea entera, redonda o rectangular, o en porciones, Incluso nunca falta cuando compramos pasteles al peso o por docenas. La receta que os presento es muy sencilla y partiendo de una masa de hojaldre industrial, tampoco hay que trabajar de más, teneis un postre en menos de una hora que, dependiendo de la audiencia, es dificil que no os lo alaben.
     Los ingrdientes son los siguientes:

  • Masa de hojaldre                                       - 100 gr. de azúcar
  • 2 manazanas                                              - 40 gr. de maizena
  • 500 ml. de leche                                       - corteza de medio limón
  • 2 huevos

     Lo primero que debemos hacer es la crema pastelera, para ello ponemos la leche y la corteza de limón a calentar, procurando que no hierva.
     En otro cazo batimos los huevos, le añadimos el azúcar, hasta que se disuelvan y por último la maizena.
     Una vez que la leche haya infusinado con la corteza de limón, la agregamos a los huevos con el azucar, batimos bien y ponemos esta mezcla al fuego, suave, removiendo continuamente, hasta que espese y adquiera la consistencia que deseamos. Retiramos del fuego y la dejamos enfriar,
     Por otro lado pelamos las manzanas y les retiramos el corazón. En un cazo ponemos 250 ml. de agua y las pieles de la manzana a hervir, con la misión de extraer la pectina, que utlizaremos para dar brillo a nuestra tarta al final.
    Cortamos las manzanas en gajos, los más finos posibles y reservamos.
    Extendemos el hojaldre sobre un molde, cubrimos la masa con la crema pastelera y por encima de esta colocamos los trozos de manzana.
    Metemos al horno, el mio tiene una opción "pizza" que calienta la parte de abajo a 240 º C, así consigo que la masa reciba mucho calor y menos la parte de arriba. La tengo en el horno unos 25 minutos, pero siempre vigilando que no se quemen las manzanas,
    Sacamos la tarta del horno y dejamos enfriar,
    Colamos el agua de las pieles de la manzana y le añadimos la misma cantidad en peso de azúcar, la volvemos aponer al fuego con la intención de conseguir un almibar. Dejamos enfriar un poco y con la yuda de una brocha, pincelamos toda la superficie de la tarta,
    Espero que os guste,